Rayuela, Julio Cortázar.
“Debería hacer un correo electrónico, dos cartas por correo postal o un mensaje enorme con un montón de emojis por whatsapp o Messenger. O tal vez está bien esto de escribirte en el silencio absoluto. Voy a decir tonterías como las que solía decir entonces. Se sabía perfectamente lo que te quería, y lo poco y lo loco que hacía diariamente por asegurarme que estuvieras bien, que comieras y te abrigaras. A veces parecía más tu mamá pidiendo que si salías por la noche llevaras suéter y no tomaras demasiado. Y que te cuidaras. Siempre. Le hice un montón de dibujos porque me gustaba su cara cuando los veía, y me gustaba la magia que salía de pronto cuando lo veía fijamente y se ponía todo rojo, no sabía que eso funcionará con él. No sabía que yo podía hacer que alguien se ruborizara así. Nunca supe qué fue eso. Y los chocolates y las palomitas y los tacos y contarle tanto de mi vida en esa pequeña ciudad. Que me llevara a esperar el bus y me pidieras que avisara al llegar. Que se enojara porque no comía bien, y porque estaba un tanto loca. Lo siento, sigo estándolo. Y me reparo a diario. Yo no sé qué pasaba por mi vida entonces, ni qué era lo que tú pensabas pero, señor, eso se parecía un poco a la felicidad …porque quizá fuiste algo así como mi trampolín amortiguador después de una caída fuerte en la que cada día pensaba que me moría. Literal. Eras como el resto de sol tras la lluvia, o el agua tras la deshidratación. Pero, qué veías cuando me veías… No sé qué pasaba por tu cabeza, no lo sabré ya más, pero, señor, por mi cabeza pasaba tanto como se reflejaba en todo lo que hacía. Soy tan básica que transpiro cursilerias… Y bien, de modo que la forma más correcta de desearte feliz cumpleaños es escribirte de esta forma que no podrás leer. Aunque sé que te gustaba lo que escribía y te dejaba espontáneamente en post-its para que los leyeras al estar solito. Feliz cumpleaños por ser tú y ser un buen ciudadano tanto tiempo. No sé por qué siempre he sido tan cobarde que no puedo odiar a nadie pese a las adversidades. No te odio. Necesito pensarte dos veces al día como mínimo cada 11:11. Espero que el frío no te apriete demasiado ni la vida lo haga. Señor, usted ni me extraña ni se acuerda ni le importa, y no espero que lo haga porque estaría mal que lo hiciera. Quiérase. Yo lo quiero un poco aún. Yo le quise demasiado y ahora quiero que sea grande porque usted es más de lo que se ve. Me acuerdo, y me consta que usted puede ser una buena persona si se lo propone. Todos estamos locos, sólo hay locos que hacemos arte y locos que son arte… Pero no es nada personal… Porque aquello no fue nada personal. Feliz cumpleaños, 11:11”
— Clara Ajc
Vivo con la constante duda.
Debería…
Dormir más para soñarte.
Leer más para pensarte.
Escribir más para tocarte.
Pensar más para escucharte.
-R.LF
Y me preguntas cómo puedo escribirte tan bonitas palabras, pero es que en realidad no ves que tú eres el poema más bello y que lo único que hago es describirte en cada verso
-Ojos-sabor-miel
“Uno debe dar valor a su propia existencia como si fuera una obra de arte”
Nietzsche
Siempre se sigue, en las circunstancias más fáciles y en las más difíciles donde quieres tirar todo a la mierda e irte o desaparecer, continúas. No sé de dónde o cómo pero dentro tuyo existe la fuerza suficiente y la sacas, lo sé, porque en algún momento -no importa si es días, meses o años- vuelves a retomar tu camino y sigues.
-RosarioAlaniz
Cometa Halley
“En inglés: «I Love You». En francés: «Je T'Aime». En español: «Te Amo». En Zoe: «Soñé». En Café Tacuba: «Eres». En Vicente García: «Carmesí». En Caloncho: «Brillo Mío». En Natalia Lafourcade: «Hasta la Raíz». En Cultura Profética: «Para estar». En Carlos Macías: «Ella».”
— Pensamientos
Parte 1 del interior del CD “El Poeta Halley” de Love Of Lesbian.
Armando Castañeda